Érase
una ciudad oscura, sucia y humeante…
Ya es domingo, otra semana que finaliza,
apenas quedan unos pocos días para que lleguen las Navidades… Nunca he sido de
festejar este tipo de cosas, supongo que las situaciones que se han dado en mi
vida me han impedido celebrarlas con ilusión. Una ilusión que se desvaneció
junto a la vida de mis padres en aquel
callejón cuando no tenía ni diez años. Ahora no es que haya cambiado mi opinión
respecto a estas fiestas, ni muchísimo menos, pero por lo menos sí que he
recuperado una ilusión, la de la familia. El “espíritu navideño” hace que mi
hijo y mis nietos estén más felices que nunca y que vengan más a ver al abuelo Bruce. Así que ya que se
interesan más por mí se lo agradezco con una o dos sonrisas, tampoco es
cuestión de derrochar, vaya hasta me vuelve mi irónico sentido del humor.
Hoy viene Damian, mi hijo, para llevarme a dar un paseo por el parque y
charlar un rato. Sé que todos os estaréis preguntando si Damian es el nuevo
Batman del que os hablé en el capítulo anterior, siento desilusionaros pero no,
al parecer la capa de Batman no se transfiere de generación en generación como
las empresas. La capa no la ha
querido heredar pero las empresas ¡vaya! que sí, no sabe nada… Pese a haber crecido y madurado, siempre
ha mantenido esa picardía y rebeldía que mostraba en los tiempos en los que era
mi compañero Robin. Pese a no haber heredado
la identidad de Batman sí que colabora
con el nuevo Caballero Oscuro, le ayuda en algunos casos y le subministra todo
el equipamiento que diseñó para mí en su día Lucius Fox, con alguna modernización, claro está.
Damian me cuenta que hace poco descubrió una
toxina con una composición muy
similar a la que usaba el
Espantantapájaros en mis tiempos, podría ser un imitador… Mi experiencia respecto a Crane sería de gran ayuda para Batman, así que he decidido asesorarle,
pero ya seguiremos con este caso en unos días porque todo esto de la toxina me
ha inspirado para relatar el siguiente episodio de mis memorias, en el que otra
toxina, el “Viper”, es la protagonista.
35
años antes
Ya estoy de vuelta, éste pequeño viaje a
Bermuda me ha sentado realmente bien, necesitaba cargar las pilas antes de
volver a la acción. Hasta el “Guardián de Gotham” necesita tomarse un respiro y
apartarse unos días porque si no lo haces, Gotham te consume volviéndote tan
loco como a Edward Nygma, Jonathan Crane
y cía.
Alfred me pone al día sobre todo lo sucedido
en la ciudad durante mis vacaciones, nada de lo que la policía no se haya
podido ocupar. Lo imaginaba, si hubiese pasado algo grave, Alfred me lo hubiese
notificado inmediatamente. En cuanto a lo referente a mi compañía, Empresas
Wayne, está todo correcto, no ha perdido credibilidad tras lo acontecido hace
unas semanas. Tan solo hay una cosa que ha inquietado a mi mayordomo en mi
ausencia, se han registrado diversos casos de violencia incontrolada en los que
el “Viper” mejorado que descubrimos
en el asilo de Arkham podría tener algo que ver.
Si la nueva droga se sigue comercializando
por los callejones de Gotham la vida de muchos ciudadanos puede quedar destrozada. Hay que actuar ya, antes
de que se siga expandiendo y de que se vuelva incontrolable como si de una
epidemia contagiosa se tratara.
Hace un año, aproximadamente, Stan Potolsky,
un ingeniero químico, enloqueció y creó el Viper
que se expandió por Gotham gracias a los narcotraficantes callejeros de Falcone. El citado profesor contrató
los servicios del mafioso para vender la droga a cambio de una parte del
pastel. Los efectos de la droga eran escalofriantes, en el tiempo que duraban,
los consumidores mostraban una fuerza descomunal fuera de los límites humanos, una
violencia innata en ellos que no podía ser frenada y una modificación de su ADN
y de su metabolismo de manera que una vez pasaban sus efectos, los consumidores
fallecían. Durante los días en los
que el “Viper” estuvo correteando por la ciudad los daños humanos y materiales
fueron enormes. Varios policías fallecieron al intentar lidiar con estas
personas convertidas en criaturas irracionales. Después de trabajar codo con
codo junto a la policía de Gotham conseguimos retirar la droga de las calles y
acabar con ella, o eso creíamos.
La droga ha regresado con una composición
similar pero con unos efectos diferentes. Ya no mata a sus compradores ni les
triplica la fuerza pero les sigue aumentando la agresividad. Aunque lo que más
me preocupa de la nueva composición es que crea a sus consumidores unas
alucinaciones que hacen que sus mentes puedan ser manipuladas. Como ya vimos
con el francotirador que se suicidó en el juicio de William Earle (véase el 1r capítulo) les convierte en
auténticos mercenarios, sin mente, incapaces de razonar. De esta manera,
Falcone puede crear todo un ejército de delincuentes sin que nadie se dé cuenta.
Continuará…

(1) En este episodio encontramos el nombre de Lucius Fox que fue el encargado de
equipar a Batman correctamente y de entregarle el Batmovil, le hemos visto en
la trilogía de Christopher Nolan de El Caballero Oscuro interpretado por Morgan
Freeman y en multitud de historias del personaje. Stan Potolsky fue el creador
de la sustancia protagonista en este episodio en la serie televisiva Gotham. A Damian, el hijo de Bruce Wayne y Talia al Ghul, desde su primera
aparición oficial en 2002 le hemos visto regularmente en las historias de DC encarnando a Robin.
Aleix Aranda (@greenlanternBCN) a las
teclas
Lucas Liesa (@2Ldesigns) a los lápices
Ilustración realizada por Lucas Liesa en exclusiva para el blog