Érase
una ciudad oscura, sucia y humeante…
La persona que se llevó al Espantapájaros solo tuvo dos
maneras de saber su ubicación, ser parte del staff de seguridad que vigilaba a Crane o que alguno de estos responsables
de seguridad le hubiese hecho una filtración. Es entonces cuando Damian decide pedirme ayuda con este
caso, es consciente de que yo soy la persona que más se aproximó a comprender
la diabólica mente de El Espantapájaros. Fueron muchos los
encuentros que tuve con él y muchas las veces que le investigué. Me alegra
volver a la acción, no voy a poder hacer lo que siempre me ha gustado, patear los culos de los villanos, pero
sí que puedo ayudar a que el nuevo Batman lo haga. ¿Cómo hacerlo? Pues
convirtiéndome en su Oráculo.
Sigo viviendo en la mansión
Wayne, mi hijo me ha recomendado miles de veces que es un sitio desolador y demasiado grande para una
persona como yo. Me dice que debería irme a una residencia de ancianos, siempre
me niego. Odio esos sitios, sólo con pensarlo se me ponen los pelos de punta
como cuando veía aparecer al Joker en
la ciudad. Ya sé que soy un viejo impedido, no hace falta que me lo recuerden
diariamente en un asilo. Pese a tener las piernas magulladas, mi mente está tan
fresca como siempre. Damian nunca ha querido vivir en la mansión, es demasiado
oscura y apartada para él así que lo que quiere es cerrar la comunicación con
la Batcueva y venderla, menudo
negociador… Ya no tengo a Alfred para que me ayude pero tengo una nueva
ayudante que a su vez es la novia del actual Batman, Vicky Vale. Es mis ojos, mis manos y mis piernas, como lo era el
señor Pennnyworth. Es una muchacha
muy alegre, siempre que ve mis fotos antiguas dice que estaba muy bueno y
consigue arrancarme alguna sonrisa, me hace sentir como si volviera a tener 25
años. Como Bruce Wayne fui un playboy,
y que una chica tan guapa te lo recuerde siempre es de agradecer.
Con este caso me pondré en la piel de Alfred cuando ejercía
de Penny One, el oráculo del Caballero Oscuro. Desde la batcueva buscaré
soluciones e informaré de cualquier novedad a Batman y a Damian. Vinculo sus
pinganillos con mi micrófono y me dispongo a encontrar a Crane y a su captor, o amigo, todavía no lo tenemos claro. Para empezar le facilito la
dirección original de Jonathan Crane a Batman para que vaya a echar un vistazo
mientras que Damian va a revisar el libro de visitas de El Espantapájaros en el
asilo de Arkham. Hace décadas que el
piso está abandonado, lo heredó un sobrino de Jonathan llamado Calvin pero nunca quiso estar vinculado
con esa casa, el hecho de pensar que su primo había enloquecido entre esas
paredes le hizo rechazarla.
Me sorprende que después de tantos años el gobierno de
Estados Unidos no le expropiara el piso. Entro en los registros de propiedad de
Gotham a los que sigo teniendo acceso desde que en su día Jim Gordon me lo permitiera
por primera vez. Durante los primeros años, Crane fue pagando la hipoteca con
sus ahorros pero hace 7 años su cuenta bancaria se quedó en números rojos y el
piso quedó pendiente de embargo. Cuando el fiscal del distrito Harvey Dent
decidió que lo mejor era internar a Crane en el Asilo de Arkham, éste pagó
cantidades inmorales de dinero a los mejores abogados de la ciudad para que le
defendieran de sus sádicos crímenes. Pero todo ese dinero tan solo sirvió para
reducir su cuenta bancaria.
El día antes de que le embargaran el piso una persona anónima
realizó el pago saldando la deuda. Desde entonces esta persona se ha estado
haciendo cargo de la hipoteca. Investigo todo lo relativo a esos pagos pero ningún nombre aparece en los
recibos, tan solo consta que se realizan desde una empresa fantasma que ya no existe. Sigo indagando pero tan solo
consigo meterme en un espiral de empresas fantasmas, un círculo vicioso. Finalmente en una de ellas encuentro un nombre, un
pseudónimo mejor dicho, “el Cuervo del
Terror”. En cuanto leo ese nombre me vienen a la mente unos cuantos casos
de homicidio en los que el asesino dejaba notas y pintadas con dicho nombre. Lo
perseguimos en distintas ocasiones pero nunca pudimos dar con él. ¿Se tratará
de la misma persona?
Mientras tanto, Batman entra en la casa de Crane pero allí ya
no hay nadie. Pese a ello sí que encuentra distintos indicios de que alguien ha
estado allí pocas horas atrás. Descubre material químico en una de las
habitaciones, analiza los restos de substancias que encuentra y me los manda.
Nuestros peores temores se han hecho realidad, ¡acaban de recrear la toxina del miedo del Espantapájaros!
Continuará…

(1)
En el episodio aparece el nombre de Oráculo, durante un
tiempo Barbara Gordon (Batgirl) lo fue. Desvelamos por qué Crane quería ir a su
antiguo piso en el anterior episodio, allí quería recrear la toxina del miedo.
Esta toxina es la gran invención de El Espantapájaros, saca los peores miedos
de quienes se ven afectados por ella. Aparece fugazmente el nombre de Calvin,
en el universo de Robot Chicken en el cual se parodian distintos personajes,
Calvin es el sobrino de Jonathan Crane.
Aleix Aranda (@greenlanternBCN)
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