martes, 30 de junio de 2015

Capítulo 2: El retorno del "Viper". Parte 1/3

Érase una ciudad oscura, sucia y humeante…

Ya es domingo, otra semana que finaliza, apenas quedan unos pocos días para que lleguen las Navidades… Nunca he sido de festejar este tipo de cosas, supongo que las situaciones que se han dado en mi vida me han impedido celebrarlas con ilusión. Una ilusión que se desvaneció junto a la  vida de mis padres en aquel callejón cuando no tenía ni diez años. Ahora no es que haya cambiado mi opinión respecto a estas fiestas, ni muchísimo menos, pero por lo menos sí que he recuperado una ilusión, la de la familia. El “espíritu navideño” hace que mi hijo y mis nietos estén más felices que nunca y que vengan más a ver al abuelo Bruce. Así que ya que se interesan más por mí se lo agradezco con una o dos sonrisas, tampoco es cuestión de derrochar, vaya hasta me vuelve mi irónico sentido del humor.

Hoy viene Damian, mi hijo, para llevarme a dar un paseo por el parque y charlar un rato. Sé que todos os estaréis preguntando si Damian es el nuevo Batman del que os hablé en el capítulo anterior, siento desilusionaros pero no, al parecer la capa de Batman no se transfiere de generación en generación como las empresas. La capa no la ha querido heredar pero las empresas ¡vaya! que sí, no sabe nadaPese a haber crecido y madurado, siempre ha mantenido esa picardía y rebeldía que mostraba en los tiempos en los que era mi compañero Robin. Pese a no haber heredado la identidad de Batman sí que colabora con el nuevo Caballero Oscuro, le ayuda en algunos casos y le subministra todo el equipamiento que diseñó para mí en su día Lucius Fox, con alguna modernización, claro está.

Damian me cuenta que hace poco descubrió una toxina con una composición muy similar a la que usaba el Espantantapájaros en mis tiempos, podría ser un imitador…  Mi experiencia respecto a Crane sería de gran ayuda para Batman, así que he decidido asesorarle, pero ya seguiremos con este caso en unos días porque todo esto de la toxina me ha inspirado para relatar el siguiente episodio de mis memorias, en el que otra toxina, el “Viper”, es la protagonista.

35 años antes

Ya estoy de vuelta, éste pequeño viaje a Bermuda me ha sentado realmente bien, necesitaba cargar las pilas antes de volver a la acción. Hasta el “Guardián de Gotham” necesita tomarse un respiro y apartarse unos días porque si no lo haces, Gotham te consume volviéndote tan loco como a Edward Nygma, Jonathan Crane y cía.

Alfred me pone al día sobre todo lo sucedido en la ciudad durante mis vacaciones, nada de lo que la policía no se haya podido ocupar. Lo imaginaba, si hubiese pasado algo grave, Alfred me lo hubiese notificado inmediatamente. En cuanto a lo referente a mi compañía, Empresas Wayne, está todo correcto, no ha perdido credibilidad tras lo acontecido hace unas semanas. Tan solo hay una cosa que ha inquietado a mi mayordomo en mi ausencia, se han registrado diversos casos de violencia incontrolada en los que el “Viper” mejorado que descubrimos en el asilo de Arkham podría tener algo que ver.
Si la nueva droga se sigue comercializando por los callejones de Gotham la vida de muchos ciudadanos puede quedar destrozada. Hay que actuar ya, antes de que se siga expandiendo y de que se vuelva incontrolable como si de una epidemia contagiosa se tratara.

Hace un año, aproximadamente, Stan Potolsky, un ingeniero químico, enloqueció y creó el Viper que se expandió por Gotham gracias a los narcotraficantes callejeros de Falcone. El citado profesor contrató los servicios del mafioso para vender la droga a cambio de una parte del pastel. Los efectos de la droga eran escalofriantes, en el tiempo que duraban, los consumidores mostraban una fuerza descomunal fuera de los límites humanos, una violencia innata en ellos que no podía ser frenada y una modificación de su ADN y de su metabolismo de manera que una vez pasaban sus efectos, los consumidores fallecían. Durante los días en los que el “Viper” estuvo correteando por la ciudad los daños humanos y materiales fueron enormes. Varios policías fallecieron al intentar lidiar con estas personas convertidas en criaturas irracionales. Después de trabajar codo con codo junto a la policía de Gotham conseguimos retirar la droga de las calles y acabar con ella, o eso creíamos.

La droga ha regresado con una composición similar pero con unos efectos diferentes. Ya no mata a sus compradores ni les triplica la fuerza pero les sigue aumentando la agresividad. Aunque lo que más me preocupa de la nueva composición es que crea a sus consumidores unas alucinaciones que hacen que sus mentes puedan ser manipuladas. Como ya vimos con el francotirador que se suicidó en el juicio de William Earle (véase el 1r capítulo) les convierte en auténticos mercenarios, sin mente, incapaces de razonar. De esta manera, Falcone puede crear todo un ejército de delincuentes sin que nadie se dé cuenta.

Continuará… 
 
 
    (1)    En este episodio encontramos el nombre de Lucius Fox que fue el encargado de equipar a Batman correctamente y de entregarle el Batmovil, le hemos visto en la trilogía de Christopher Nolan de El Caballero Oscuro interpretado por Morgan Freeman y en multitud de historias del personaje. Stan Potolsky fue el creador de la sustancia protagonista en este episodio en la serie televisiva Gotham. A Damian, el hijo de Bruce Wayne y Talia al Ghul, desde su primera aparición oficial en 2002 le hemos visto regularmente en las historias de DC encarnando a Robin.


Aleix Aranda (@greenlanternBCN) a las teclas
Lucas Liesa (@2Ldesigns) a los lápices



                                                       Ilustración realizada por Lucas Liesa en exclusiva para el blog

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